viernes, 16 de mayo de 2008

José Victorino Lastarria
(1817-1888)


Marc Bloch, en su texto: “Introducción a la historia”, nos da a conocer la filosofía de la historia, considerada de suma importancia para la comprensión de ésta.
¿Qué es la historia y para qué sirve?, se pregunta el autor del libro al comienzo de su ensayo y, cuyas reflexiones e investigaciones realizadas para responder dicha interrogante, serán utilizadas para la elaboración del taller que a continuación se expondrá.
El objetivo principal de este trabajo, es analizar una fuente histórica seleccionada por quien les escribe, la cual se encuentra vinculada a un personaje de gran importancia en la Historiografía de Chile: José Victorino Lastarria.



Título: José Victorino Lastarria, 1817-1888
En: Archivo Fotográfico y Digital
Colección: Biblioteca Nacional




José Victorino Lastarria Santander fue un personaje de gran relevancia en la historia de nuestro país, siendo, profesor, político y escritor. "Lo más meritorio de su obra reside tal vez, en su capacidad de cristalizar el deseo subyacente de la sociedad chilena de tener una identidad nacional. Es este anhelo el que acoge en forma tan exitosa y perdurable sus instrucciones de escribir como chilenos e ir instalando, de paso, una literatura nacional. Esta es la propuesta de su discurso inaugural de la Sociedad Literaria[1]", texto que inspiraría el Movimiento Literario de 1842.



I. Fuente

A continuación, un fragmento del discurso inaugural de la Sociedad Literaria, realizado por J.V. Lastiarra:


“Señores, no debemos pensar solo en nosotros mismos […] Nosotros debemos pensar en sacrificarnos por la utilidad de la patria. Hemos tenido la fortuna de recibir una mediana ilustración, pues bien, sirvamos al pueblo, alumbrémosle en la marcha social para que nuestros hijos le vean un día feliz, libre y poderoso […] Se dice que la literatura es la expresión de la sociedad , porque en efecto es el resorte que revela de una manera la mas explícita de las necesidades morales e intelectuales de los pueblos, es el cuadro con que están consignadas las ideas y pasiones, los gustos y opiniones, la relijion y las preocupaciones de toda una jeneracion”.











II. ¿Qué se ha juzgado?

José Victorino Lastarria ha sido considerado, por la mayoría de las personas, un reformador y, por sobre todo, un revolucionario de su época, debido a su afán de impulsar y difundir las ideas del Liberalismo a través de la literatura, en un período en el cual Chile, estaba bajo un gobierno conservador. Él tenía la convicción de que la mejor manera de lograr el progreso y alcanzar una verdadera democracia, era mediante la Educación.

Por otro parte, se le ha juzgado el hecho de no haber incorporado a los pueblos indígenas, ya que no encajaba esto con la idea de la cultura común que quería conseguir para lograr que el país tuviera una identidad propia. (Ver: Ambigüa relación con los Mapuche)


Además, en cuanto a su rol de escritor, por un lado, se le ha catalogado como un romántico, y por otro, como un positivista. Sin embargo, muchos historiadores lo ubican dentro de estas dos corrientes, ya que estuvo Inspirado en un principio por el Romanticismo y posteriormente por el Positivismo


III. ¿Qué debemos comprender?


Para poder comprender el accionar de Lastarria, ya sea la búsqueda de identidad nacional, la construcción de una verdadera República y especialmente los motivos para la fundación de la Sociedad Literaria en 1842, es indispensable considerar el contexto (tiempo y espacio) en el cual él estaba viviendo. (Ver: Cronología de la vida y obra de José Victorino Lastarria )

La época en la cual vivió, estuvo marcada por la fuerte influencia de la Ilustración y el Liberalismo. Buscaba difundir las ideas liberales mediante la literatura, de ahí que creara la Sociedad Literaria, con la finalidad de lograr dentro del país, mayor desarrollo y unidad cultural, construir una verdadera democracia, alcanzar el progreso y la transformación social.

Además, Lastarria creció prácticamente dentro de un gobierno autoritario y elitista, donde imperaba la Constitución de 1833 bajo una República Conservadora (1833- 1861), en donde no se reconocían las libertades individuales ni se consideraban las necesidades del pueblo.





Fue miembro de la Sociedad de la Igualdad, principal órgano de oposición al gobierno, que en ese entonces estaba siendo dirigido por Manuel Montt. Ésta fue muy importante, ya que buscaba la igualdad, la libertad y la fraternidad; estaba inspirada en los ideales de la Revolución Francesa de 1848. Con la Sociedad, los intelectuales liberales podían establecer lazos directos con las masas populares, para así concientizarlos, luchar juntos por sus derechos y emprender la revolución, específicamente la Revolución de 1851, en donde Lastarria participa. Además, mucha influencia en ésta tuvieron sus escritos, ya que un tema que apasionó a Lastarria fue el de la marginalidad, atendiendo a lo que había sido su propia vida y condición social. Este se convirtió en eje central de su obra literaria y se reflejó en El Mendigo en 1843, El Manuscrito del Diablo en 1849 y Don Guillermo en 1860, que tenían por protagonistas a personajes marginados o perseguidos por un mundo en que primaban los valores antiliberales (Fuente)



Es importante comprender, que gracias a su esfuerzo y el de los demás liberales que participaron con él, se pudo efectivamente lograr una transformación social, como demostración está que se pasó de una República Conservadora a una República Liberal, estando también convencido de que la educación debía darse en un Estado Laico. Comenzaron a considerarse las libertades del individuo y se realizaron una serie de cambios que posibilitaron más tarde, entre otras cosas, el surgimiento de la clase media en el siglo XX, como consecuencia de la mayor educación del pueblo, del surgimiento de nuevos profesionales y gremios. Además, crear una nueva constitución en 1920, el surgimiento de nuevos partidos políticos y la lucha incesante por los derechos y libertades del hombre.




IV. Reflexiones finales:




Lastarria hace un imperativo llamado respecto para quién escribir, qué escribir y finalmente por qué escribir: "Escribid para el pueblo, ilustradlo, combatiendo sus vicios y fomentando sus virtudes, recordándole sus hechos heroicos, acostumbrándolo a venerar su religión i sus instituciones; así estrecharéis los vínculos que lo ligan, le haréis amar a su patria, lo acostumbraréis a mirar siempre unidas su libertad y su existencia social" afirma en su discurso inaugural de la Sociedad Literaria en 1842.

Comparto la idea de que la Educación es indispensable para lograr la transformación social, así también para lograr comprender los hechos humanos, la historia individual y colectiva. Para tener mayor conciencia, realmente iluminarse y avanzar, progresar... Es cierto que la Literatura era el medio más efectivo, argumentaba Lastarria, y claro, en su contexto así lo era. Hoy en día existen diferentes medios tecnológicos para lograr divulgar el pensamiento, no sólo mediante los textos escritos (aunque siguen siendo los documentos escritos los más utilizados por los historiadores, por su mayor confiabilidad o credibilidad), sino también con el uso de medios audiovisuales, como analizando películas, series, documentales, reportajes de televisión, etc.

No obstante, ¿qué es lo que se está tratando difundir a través de estos medios actualmente? Tal vez, ya no se pretende lograr una sociedad chilena común, como anhelaba Lastarria, sino que estamos en un contexto a nivel mundial, donde dominan las ideas del Capitalismo, de la Globalización, bajo la idea de que todos estamos interconectados con todos, debido al uso de la tecnología, lo cual está llevando a perder la identidad nacional, la cultura de cada país, ya que se ha ido forjando una cultura y una sociedad global. Y las escuelas, en su mayoría reproducen esto, pues se educa a los alumnos bajo este contexto.


La tarea de Lastarria sigue o debe seguir vigente en nuestros días, pues su trabajo no acabó ahí, ni la labor de educar a la población ha concluido. Muy por el contrario, esto permanecerá en el tiempo, porque la educación es un proceso humano histórico (comienza desde que aparece el hombre): mientras siga el curso la humanidad, ésta también lo hara simultáneamente. La educación está hecha por y para los hombres, y es deber nuestro, como futuras educadoras, luchar por mantener los derechos y deberes humanos. Especialmente, tenemos que mantener la identidad, las raices de nuestra patria, considerando y valorando, las costumbres y tradiciones chilenas, sin dejar que seamos absorbidos por esta Aldea Global, pues es fundamental comprender la realidad nacional estudiando el pasado, en donde sin lugar a dudas, se encontrarán muchas respuestas a las preguntas hechas en el presente, que darán alguna explicación. Y en este sentido, la Literatura parecer ser todavía un camino propicio, que permite conocer, reflexionar, comprender y analizar la vida del hombre a través del uso de la palabra y el lenguaje, elemento articulador del pensamiento y pieza fundamental para interpretar y representar realidades.




Bibliografía:


[1]http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/index.asp?id_ut=josevictorinolastarriaylaliteraturachilena

Bloch, Marc: "Introducción a la Historia". México: Fondo de Cultura Económica, 1952


http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Victorino_Lastarria

http://www.memoriachilena.cl/mChilena01/temas/dest.asp?id=intelectualesjosevictorinolastarria

http://www.profesorenlinea.cl/swf/links/frame_top.php?dest=http%3A//www.profesorenlinea.cl/biografias/LastarriaJoseV.htm

http://www.icarito.cl/medio/articulo/0,0,38035857_172985963_182400397_1,00.html





martes, 13 de mayo de 2008

Análisis de una fuente histórica.

Amanda Labarca:
Su legado en la historia de la mujer y la educación chilena.




Marc Bloch, en su texto: “Introducción a la historia”, nos da a conocer la filosofía de la historia, considerada de suma importancia para la comprensión de ésta.
¿Qué es la historia y para qué sirve?, se pregunta el autor del libro al comienzo de su ensayo. Las reflexiones e investigaciones realizadas para responder dicha interrogante, serán utilizadas para la elaboración del taller que a continuación se expondrá.
El objetivo principal de este trabajo, es analizar una fuente histórica seleccionada por quien les escribe, la cual se encuentra vinculada a uno de los personajes femeninos más importantes de la Historiografía de Chile: Amanda Labarca Hubertson.


La historia, los hombres y el tiempo:


A partir de la acepción que Bloch le da a la historia: “ciencia de los hombres en el tiempo” (Bloch, 1949/2000, pág.31), he de de enfocarme en un primer momento en el contexto (tiempo y espacio) en el cual vivió Amanda Labarca, pues indudablemente en los numerosos documentos escritos por ella, se plasman las ideas basadas en su época, las cuales formaron parte de sus teorías y fueron configurando la estructura de su pensamiento.




Amanda Labarca, 1886-1975
Título: Amanda Labarca, 1886-1975
En: Archivo del Escritor
Colección: Biblioteca Nacional





Pero... ¿Quién fue Amanda Labarca?

Amanda Labarca es, sin lugar a dudas, una mujer histórica.
Ella es considerada una de las mujeres más importantes de Chile, gracias a sus valiosos aportes que sirvieron para conseguir cambios bastante radicales en la historia del país, perimitiendo así, la transformación del pensamiento de la sociedad chilena.

Su grandiosa labor como educadora, sus esfuerzos por transformar la educación en Chile, su lucha por los derechos humanos y la igualdad de las mujeres, fueron algunas de las contribuciones que han dejado huellas muy difícil de borrar, ya que han marcado una verdadera coyuntura en nuestra historia nacional.

Conozcamos más sobre ella...

Su nombre verdadero fue Amanda Pinto, pero adoptó el apellido de su marido, Guillermo Labarca Hubertson, destacado escritor y político perteneciente al Partido Radical.
Amanda Labarca nació en 1886 y falleció en 1975. Su padre fue Onofre Pinto y su madre doña Sabina S. de Pinto.

Fue profesora de castellano, egresada del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Más tarde ejerció la docencia en dicha casa de estudios, así como en diversos colegios, uno de los cuales dirigió. Además estudio en la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, y en la Sorbona, en Francia.

Fue también critica literaria y escritora, preocupándose especialmente del rol de la mujer en la sociedad. (Ver: La mujer en Chile)

En 1917, entre las mujeres laicas de las capas medias, con inspiración en los “Readings Clubs” de los Estados Unidos, se forma el “Círculo de Lectura”. En su fundación y directiva aparece Amanda Labarca, militante del Partido Radical, quién dirige el periódico del Círculo, “Acción Femenina”, que tuvo destacada participación en la lucha por la obtención del voto femenino.
Del “Círculo de Lectura” se desprende, en 1919, el Consejo Nacional de Mujeres. Participan en él Amanda Labarca y Celinda Reyes.

Tres años después, 1922, presentan un proyecto sobre derechos civiles, políticos y jurídicos. E inician gestiones que culminarán el año 25 con el Decreto Ley conocido como Ley Maza (por el senador José Maza), que restringe en el Código Civil las atribuciones de la patria potestad de los padres, en favor de las madres; se habilita a las mujeres para servir de testigos y se autoriza a las casadas para administrar los frutos de su trabajo. Fueron apoyadas por Pedro Aguirre Cerda y Arturo Alessandri, entonces Presidente de la República.

Amanda Labarca fue, además, la primera latinoamericana en ejercer una cátedra universitaria e impulsará, en 1932, la creación del Liceo Experimental Manuel de Salas. Fuente


Algunas de sus obras literarias...

Sobre su lucha por la igualdad de la mujer:

“Actividades femeninas en Estados Unidos” (1915)

    “Adónde va la mujer” (1934),

    “Feminismo contemporáneo” (1948)

En la elaboración de doctrinas pedagógicas:


“Bases para una política educacional” (1944).

    “Historia de la enseñanza en Chile”(1948)

    “Impresiones de juventud”

    “Meditaciones breves”

    “Perspectiva de Chile”

    “En tierras extrañas”

    “La lámpara maravillosa”

    “Cuentos a mi señor”

Comprender el presente por el pasado…La gran cantidad de los escritos que ha dejado ante nosotros Amanda Labarca, dan testimonio de sus ideas, en donde es indispensable considerar el concepto de cambio. Cambios que deseaba dentro de la Educación y sobre el rol de la mujer en Chile, y que pudo concretar. “Y es que el historiador, como en todas partes, lo que quiere captar es un cambio, […] No hay, pues, más que una ciencia de los hombres en el tiempo y esa ciencia tiene necesidad de unir el estudio de los muertos con el de los vivos” (pp50)


La observación histórica:

Hemos de considerar los escritos de Amanda Labarca, como fuente principal de conocimiento y análisis histórico, pues es en éstos, donde se logra plasmar la esencia de sus pensamientos, que fueron en gran parte, base de la transformación social en el siglo XX. Y es que, tal como afirma Bloch:

“La primera característica del conocimiento de los hechos humanos del pasado y de la mayor parte de los del presente consiste en ser un conocimiento por huellas […] (pp58)", las que serán obtenidas a través de los documentos (textos, fotografías, etc.), tomando en cuenta que "[…] la diversidad de los testimonios históricos es casi infinita. Todo cuanto el hombre dice o escribe, todo cuanto fabrica, cuanto toca, puede y debe informarse acerca de él (pp68)".




Amanda Labarca, 1886-1975
Título: Amanda Labarca, 1886-1975
En: Zig-Zag. Santiago : Zig-Zag, 1905-1964. 1905-1955 Medio Siglo de Zig-Zag, 1955. pp. 254.
Colección: Biblioteca Nacional





La crítica:
"El vocabulario de los documentos no es, a su manera, nada más que un testimonio. Precioso ante todos, sin duda, pero como todos los testimonios es imperfecto, es decir, sujeto a crítica" (162).



El análisis histórico:
¿Juzgar o comprender?

"El historiador no se propone más que describir las cosas. En otros términos, invitar al sabio, al historiador, a desaparecer de los hechos [...] Se presentan aquí, a un tiempo, dos problemas: el de la imparcialidad histórica y el de la historia como tentativa de reproducción o tentativa de análisis. Existen dos maneras de ser imparcial: la del sabio y la del juez. Tienen una raíz común, que es la honrada sumisión a la verdad. Sin embargo, llega un momento en que ambos caminos se separan. Cuando el sabio ha explicado y observado, su tarea ha acabado. Al juez, en cambio, le falta dictar sentencia. (M. Bloch. Págs 135-136)".


El historiador debe ser como el sabio, debe inclinarse por comprender los hechos. "Comprender no es una actitud pasiva. Para elaborar una ciencia siempre se necesitarán dos cosas: una materia y un hombre (140) Como todo sabio, como todo cerebro que no hace sino percibir, el historiador escoge y entresaca. (141)